La vitamina C, se obtiene como ya sabemos a través de los cítricos, pero también de todos las verduras de hoja verde (kale, coles de Bruselas, espinacas, berros) y las de colores vivos como el pimiento rojo o verde.
La vitamina D, fundamental para el sistema inmunológico, la podemos obtener simplemente saliendo al balcón de nuestra casa y tomar el sol unos 25-30 minutos diarios. Además, alimentos como la yema del huevo, los productos lácteos, pescados grasos como el salmón, el atún, etc, ya contienen esta vitamina. Si por cualquier motivo, no podemos tomar el sol y no podemos ingerir este tipo de alimentos, si se aconseja tomar un suplemento de vitamina D de alrededor de 4.000-5.000 unidades diarias. Pero lo dicho, antes que llegar a esto, lo tenemos más fácil con los alimentos y el sol.
Quizás más importantes que las vitaminas, son las sales minerales, pues gracias a ellas se liberan los anticuerpos, hay mayor biodisponibilidad de macronutrientes en el organismo y una correcta utilización de las vitaminas que ingerimos de los alimentos.
Son cruciales para nuestro sistema inmunológico.
El magnesio, manganeso, calcio, zinc, cobre y principalmente el Selenio, que es un inmunomodulador, que regula la respuesta inmunológica, tanto si hay una infección como para una respuesta extrema a una enfermedad autoinmune.
Los frutos secos, las legumbres, las verduras de hoja verde, los pescados y mariscos nos aportan todos los minerales que necesitamos. También son aconsejables las fórmulas con electrolitos, tipo bebidas isotónicas, agua de mar de venta en herbolarios, mezclada en pequeñas cantidades con agua dulce, y también el caldo de huesos, ya que estos en su cocción, aportan todos estos minerales al agua del caldo.
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